sábado, 27 de diciembre de 2008

Siempre me quedará París


Después de varios días sin escribir (perdón a mis lectores), hoy voy a tomarme la licencia de darle un toque más íntimo y personal a estos párrafos. Sé que lo más fácil, en esta última entrada del 2008 de este blog sería hacer un balance del año, pero visto lo visto, y para evitar extraer conclusiones precipitadas, no lo haré.

Hoy quiero hablar de París. Este año despediré al 2008, año que nunca olvidaré, en la capital más romántica del mundo. En la misma daré la bienvenida al 2009; un año que me hará más fuerte, más maduro, más consciente. Un año que me hará quererme, cuidarme, respetarme y valorarme, sin olvidar el ser frágil que soy, pero nunca débil.

Es curioso como la ciudad del Moulin Rouge se cruza en mi vida en momentos “especiales”. La primera vez, París, te visité siendo un niño, en el viaje de fin de curso que para todos significa una primera liberación, y un paso más hacia la adolescencia.

La segunda vez, me ofreciste tu color y tu calor de verano, con un sol radiante admiré la Torre Eiffel tirado en los jardines de los Campos Eliseos; en plena etapa de madurez y de aprendizaje de la convivencia, viajamos juntos a La Ciudad de la Luz. Aunque no mencione tu nombre, nunca olvidaré esos bellos momentos que juntos compartimos. Hoy, aunque no sigas a mi lado como mi pareja, te quiero como el amigo que eres, y siempre serás especial.

Esta tercera vez, iré con mi amor a París. Nos veremos en el aeropuerto, nos abrazaremos, nos fundiremos en un beso, y compensaremos con miradas cómplices los días que la Navidad nos ha mantenido separados, cada uno con su familia. Pasaré una semana en la monumental capital del arte, admirando cada detalle. Celebraré con cava francés la llegada del 2009 y despediré al 2008 que ha significado, quiera o no, un antes y un después en mi vida. Pase lo que pase en el 2009 podré decir que “siempre me quedará París”.

lunes, 15 de diciembre de 2008

El acusado se declara INOCENTE


Hace más de un mes que asisto diariamente a un juicio, pero un juicio muy diferente al que normalmente nos tienen acostumbrados las películas, las famosas series de abogados, o los telediarios.

Este es un juicio con ciertas particularidades; es un juicio en el que yo mismo me juzgo, me condeno, me sentencio, impongo mi condena, e incluso me tomo el lujo de proclamar mi propio veredicto: ¡CULPABLE! Ni siquiera hay en el tribunal un abogado defensor, porque yo, como mi propio juez, considero que ni siquiera lo merezco. Y es más, aunque lo hubiese, tengo plena seguridad que de nada serviría, puesto que como mi propio juez sigo empeñado en la sentencia de mi culpabilidad.

La pena la fijo en base a remordimientos, arrepentimientos, prejuicios, autocompasión, victimismo gratuito, me flagelo y me castigo con el convencimiento de que lo merezco, de que me lo he buscado, de que debía haber sido más prevenido, de que no tengo derecho a volver a disfrutar del sexo, de que mi tiempo para amar y sentirme amado, deseado, se terminó.

Pero hoy ha vuelto a celebrarse el mismo juicio, y he decidido que voy a cambiar el veredicto: de que ya no soy mi propio juez, de que no me impongo penas porque no hay crimen, de que no me castigo porque no he infligido la ley, de que hoy y desde ahora SOY INOCENTE, y que este es el veredicto definitivo, el último, el válido.

Hoy he decidido que se acabó el arrepentimiento, que no soy una víctima, que no merezco un castigo, que no voy a juzgarme a mi mismo. Que no voy a ser yo mismo el que se condene, porque si así lo hiciese, se lo estaría permitiendo también a los demás.

Soy el mismo de ayer, idéntico al del mes pasado; tengo el mismo color de piel, el mismo tono de voz, visto igual, mi forma de caminar no ha cambiado, mi amor por la vida, mis pasiones, incluso mis defectos, son los mismos.

Hoy he decidido que voy a vivir una vida plena, que voy a disfrutar del placer de amar, del sexo, de un modo responsable y consecuente como todos deberíamos hacer.

Hoy he decidido que no voy a ser yo mismo el primero que se acuse de un delito no cometido, que no voy a encerrarme entre rejas para ver la vida pasar, para hacer todas las cosas que quería hacer y llevar a cabo los sueños que quería cumplir. Hoy, por fin, en este juicio final, el acusado se declara INOCENTE.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

"Prácticamente" normal


Desde mi diagnóstico + me he convertido en un experto del VIH, a veces, incluso tengo la sensación de que sé hasta más que mi médico. ¡Qué arrogancia la mía! He aprendido a familiarizarme con el lenguaje de este virús, con términos como "carga viral", "adherencia", "resistencia", "infecciones oportunistas", y un sin fin de conceptos más que forman parte de la jerga de este bichito. Conceptos, que aunque antes me considerara el más informado de todos, eran absolutamente desconocidos para mí. Claro, que quizás si hubiese estado tan informado, ahora mismo no sería VIH+, ¿o quizás sí? I´ll never know ...

Una de las frases que más leo en artículos, foros, revistas especializadas, internet, etc., es: "los seropositivos pueden hacer una vida prácticamente normal". Incluso la primera doctora a la que acudí tras saber los resultados, tras un "Lo siento", me dijo: "Hoy en día, con los tratamientos podrás hacer una vida prácticamente normal".

Y es cierto; los artículos, los foros, las revistas, internet, y la información que por ahí circula, y es medianamente fiable están en lo cierto, incluso es más, me atrevería a decir que el "prácticamente" está demás.

Hoy mismo hace una semana que, siguiendo la jerga del VIH, me "adherí" al tratamiento. Desde hace una semana lo cumplo al pie de la letra, tomo dos pastillas diarias antes de acostarme. Incluso procuro hacerlo a la misma hora, justo después de un tiempo concreto después de cenar, aproximadamente dos horas.

Pues con tratamiento incluído, hoy he tenido un día normal, incluso es más, me permito, porque "prácticmente" me lo he ganado, quitar el "prácticamente".

Me he levantado como sólo los colgados como yo se levantan para ir al gym y entrenar; he hecho piernas hasta no poder más. He llegado al trabajo y he soportado el estrés habitual. De vuelta a casa para comer, he admirado el Meditarráneo que baña mi ciudad; hoy reflejaba una calma absoluta en un azul inmenso al que era imposible no rendirse. He llegado a casa con las mismas ganas de siempre de comer uno de esos platos que sólo tu madre sabe cocinar. ¡Qué placer! Un poco de siesta después, y de vuelta al trabajo. Para terminar el día, un poco de shopping; cd´s, libros, pelis, ... y a casa otra vez. ¡Con el frío que hace lo último que apetece es estar en la calle!

¿Puedo permitirme lujo de decir que mi día ha sido normal? Yo creo que sí. Y si a eso le sumo que ya no siento el mínimo efecto del tratamiento; ni mareos, ni nauseas, ni nada de nada, ¡pues bendita normalidad!

Bueno, antes de acostarme, siempre hay una anormalidad, hasta que se convierta en una rutina más, en ello estoy; las dos pastillas de las cuales no dependo, sino que me ayudan a que mi vida sea normal.

Después de todo mi compañera de trabajo se toma una diaria desde hace años para su alergia, y aún así en primavera lo pasa fatal ...

lunes, 8 de diciembre de 2008

Te perdono

Sé que nunca podré tener la certeza, y que nunca tendré la oportunidad de dirigirme a ti personalmente, que posiblemente nunca lo sepas, que probablemente nunca leas estas palabras, que aunque yo no lo sepa, ni tú tampoco, van dirigidas a ti, que en alguna parte estarás ...

Tú, que un día te creíste con el derecho de cambiar mi vida. Y que yo me creí con la confianza suficiente como para bajar la guardia sin pensar en las consecuencias. ¿Quién eres? ¿Dónde estás?

Desde aquí, necesito que sepas que te perdono. Que ya es suficiente vivir el resto de mi vida con ésto, como para que también tenga que acompañarme el rencor a "alguien" que quizás nunca tenga la certeza de saber quien fue.

Te perdono, porque estoy seguro de que no eras consciente, incluso puede que aún no lo seas, de tu estado. Porque quien quiera que fueses , en ese momento, la responsabilidad era de los dos. Te perdono, porque aunque no sepa quien eres, sé que cargas con el mismo peso pesado que yo, y que muchos otros, y eso ya es suficiente castigo. Te perdono, porque este perdón me libera, me hace ser un ser libre y bueno.

Tranquilo, te perdono, podrá haber un virus en mi sangre, pero no habrá rencor en mi corazón.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Pesadilla antes de Navidad


"Pesadillas", el doctor me dijo que uno de los dos medicamentos que he de tomar para iniciar mi tratamiento, Sustiva, puede darme pesadillas. ¡Qué ironía! Como si no fuera suficiente la pesadilla que estoy viviendo desde que me enteré de que era + ... Él, mi médico, bromeando y tratando de quitar hierro al asunto, añadió; "Bueno, algún paciente incluso me ha dicho que ha tenido sueños eróticos ...". "Vaya", dije yo escapando una suave sonrisa ...

Claro que lo que tampoco me dijo tan claramente era que al día siguiente de tomarlos, me recomendó que los tomará antes de irme a dormir, iba a levantarme más mareado que después de una noche de fiesta a base de whiskies y chupitos incluídos. Porque esta mañana, aunque he conseguido ir al gym, e incluso entrenar pecho al máximo, al darme la ducha y llegar al trabajo, he sentido aquello de que es cierto que la tierra gira alrededor del sol, porque en mi caso, todo daba vueltas ... Espero que se trate de los efectos de los primeros días y no de que a partir de ahora mi estado natural sea estar dando vueltas en un tiovivo.

Aunque ayer noche en el momento de tomar las patillitas me di cuenta de que todo esto es de verdad real, creo que he conseguido que la tercera entrada a este blogg tenga un pequeño toque irónico y de humor, ¡que espero no perder nunca, aún por muchas pesadillas que pueda soñar!

martes, 2 de diciembre de 2008

"¿Tienes alguna pregunta?"


Mañana será la primera consulta con el médico para ver los resultados de mi carga viral y mis defensas. En la primera cita, que fue tras el diagnóstico positivo de la prueba ELISA, y tras comprobar que mis ganglios en el cuello y en lás axilas estaban inflamados, dando por sentado que era +, me miró y me dijo: "¿Tienes alguna pregunta?". "Muchas", fue muy respuesta previa a un largo suspiro. "Bien, apúntalas en una hoja, y todo que se te ocurra al respecto, me lo preguntas en la próxima cita".


Tras haber pasado casi un mes, tengo muchas preguntas en mi mente; ¿Mi alimentación?, ¿Necesitaré tratamiento?, ¿Quizás un psicólogo?, ¿Puedo tomar una copa cuando salga? ¿Puedo seguir haciendo mi vida normal? ¿Podré seguir entrenando en el gym a diario? ¿He de dormir más horas? ¿Debo contárselo a mi familia?... Entre otras, son las cosas que he pensado preguntar ...


Sin embargo hay otras que no creo que el doctor me pueda contestar; ¿Por qué a mí?, ¿Cuándo ocurrió?, ¿Quién me infectó?, ¿Conseguiré aceptar vivir con esto el resto de mi vida?, ¿Tendrá algo positivo, ser VIH +?


Supongo que he de asumir que nadie podrá reponderme nunca a esas preguntas, y aunque digamos muchas veces (yo el primero) como frase de "autoconsuelo": "Las cosas pasan por algo", aún hasta hoy no consigo entender porqué tenemos que pasar por esto.


En cualquier caso, prefiero darme una tregua, un margen de tiempo para, quizás, un día, encontrar un sentido a tantas preguntas sin respuesta. Al menos, de momento, tendré que conformarme con las respuestas que mañana me podrá dar el doctor.

1 de diciembre


Hoy hace diez años que se celebra el Día Mundial del SIDA. Y hoy hace 24 días que sé que soy un "Ser +". Siempre pensé en tener un blogg sin tener muy claro el sentido; sobre qué hablar, a quién, para qué ...

Hoy sé que quiero compartir mi experiencia de Ser + con todos aquellos que también lo son, o que conocen a alguien que lo es, que en mucha poca medida les afecta, les preocupa, y se sienten aislados en una sociedad que evoluciona a pasos lentos en sus prejuicios.


Hoy sé que quiero hablar de lo que siento desde que sé que soy +; de mis alegrías y mis penas, de mis esfuerzos por aceptarlo, de mis ganas de vivir, de luchar, y de vencer. Y quiero hacerlo porque sé que me sentará bien contarlo a quien quiera saber, a quien quiera escuchar. Como sé también que sentará bien a todos los "positivos", que como yo, un día se enfrentaron a una sentencia que nunca hubiesen esperado.

Hoy confieso en este pequeño y gran escaparate, que soy +, y que sigo siendo el mismo de siempre; el que ríe, el que llora, el que siente, el que ama, el que quiere, el que trabaja, el que sueña, el que se emociona, en definitiva, EL MISMO.