lunes, 19 de enero de 2009

Las 23 horas y 59 minutos restantes


Hay días que tengo la sensación, imagino que como muchas de las personas que viven con VIH y con tratamiento, de que si no fuese por ese momento del final del día en el que tomo las pastillas, casi podría olvidarme de que soy seropositivo.

Posiblemente esto sea una muy buena señal, puesto que quiere decir que mi “día a día” no ha cambiado en absoluto al de antes de ser un individuo completamente sano. Quizás, lo que sí ha cambiado es la manera en la que ahora vivo y afronto ese “día a día”; mi actitud ante la vida, mi escala de valores, y lo que ahora considero verdaderamente prioritario.

Sin embargo, y aunque ya llevo cerca de un mes y medio en tratamiento, sin olvidarme ni una sola vez de mi dosis diaria, o como diría mi médico “adherido” por completo al régimen, es ese el minuto del día en el que yo mismo me sigo sorprendiendo por lo que ha ocurrido. Es ese el momento en el que mi voz interior me habla y me repite: “¡Tienes VIH! ¡Eres seropositivo!”

Sí, aunque parezca mentira, y creo que tengo pleno derecho a permitírmelo, aún hoy en día me sigue pareciendo increíble pensar que estoy infectado por este virus. Y no es porque me lo niegue a mí mismo, o no quiera aceptarlo, qué estupidez tan grande engañarme de esa manera, más bien se trata del momento de la verdad, en el que uno toma conciencia de su situación, el momento en el que se hace evidente que esto no es un mal sueño, sino que es algo real.

Pero también es real que el resto del día, las 23 horas y 59 minutos restantes soy un ser humano normal; que esto no es un castigo porque no me he portado mal, ni es una condena porque no he infringido la ley.

Las 23 horas y 59 minutos restantes soy el mismo de siempre, aunque quizás algo mejorado: más sensible, más fuerte, más responsable, y con más ganas que nunca de VIVIR y disfrutar de la VIDA.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola amigo, bueno no tiene mucho sentido que te diga en cada post que me siento totalmente identificado y que además no se puede describir mejor cada situación. Pero aunque sea reiterativo así es. Tampoco voy a decirtelo todos los días pero GRACIAS! que sepas que me encanta leerte y sentirme identificado y respirar profundamente y seguir con ganas de vivir y de vida. Ýo de momento no tomo medicación pero si que me viene ese flash de consciencia y de decirme a mi mismo "tengo vih" pero intento que me dure también un minuto. Así que como son varios flashes al día hay que disfrutar de las 23 horas y 55 minutos restantes, jajaja. Este fin de semana cumplí dos meses desde que me enteré de esto. Una fecha para no celebrar evidentemente, pero si para hacer valoraciones. Y efectivamente hay un lado positivo: creo que soy mejor persona, valoro mas las cosas, le doy importancia a lo realmente importante, mi escala de valores ha cambiado, quiero mas a la gente, disfruto mas cada momento y he conocido a gente maravillosa. Ojalá todo esto hubiera pasado sin la fatal noticia peroooooooo las cosas son así y ya no ha vuelta atrás. Así que a disfrutar cada segundo. Un beso muy fuerte! Jose

Anónimo dijo...

Querido amigo a mi también me gusta leerte, pero creo que yo soy el mismo de siempre, con mis virtudes y mis defectos. No soy ni mejor ni peor que antes de conocer mi enfermedad. Lo cual me lleva a pensar: o siempre he sido de lo más guay y nunca he necesitado tener una enfermedad para valorar la vida o a mi es que no me cambia ni dios, osea, no tengo remedio.
Un saludo y cuidate mucho.