sábado, 14 de marzo de 2009

Una lección de dignidad

Músico, compositor, pianista, guitarrista, cantante de increíble e inmensa potencia vocal. Un artista único, para muchos considerado como el Dios del Rock. Un derroche sin fin de energía y fuerza en el escenario y un carisma desgraciadamente irrepetible.

Y además de todas sus cualidades artísticas y su amor hacia los gatos, Freddie Mercury fue desde siempre un fan incondicional de nuestra soprano más internacional: Montserrat Caballé.

Fue en 1987 cuando pudo hacer realidad su sueño: cantar con la diva catalana el tema que cinco años después se convertiría en el himno de los Juegos Olímpicos de Barcelona ´92.

Por aquel entonces Freddie Mercury era más que consciente de la situación por la que atravesaba su salud. Sabía que era seropositivo y evidentemente lo que eso en aquella época desafortunadamente suponía.

Son repetidas las ocasiones en las que Montserrat Caballé ha confesado en entrevistas la forma tan natural en la que durante aquel encuentro, Freddie Mercury le declaró su enfermedad. “Soy seropositivo”, le dijo él. “Y he desarrollado la enfermedad”, añadió. Asombrada, la soprano, le dijo “¡Pero tú estás tan fuerte! ¡Y continúas cantando!”, exclamó ella. “Sí, aún puedo hacerlo. Pero llegará un momento en el que no pueda. Y sé que llegará. Quiero que lo sepas, porque es mi deber decirte esto.” afirmó él. “No, no es tu deber, pero estoy muy agradecida de que me lo hayas dicho, porque eso significa que soy tu amiga, y eso es lo más importante para mí.”, añadió una emocionada Montserrat.

A pesar de haberlo leído, escuchado y visto en varios vídeos de entrevistas que circulan en Youtube, me sigue impactando y pareciéndome increíble la naturalidad con la que el líder de The Queen se mostró ante su diva. Seguro que en ningún momento imaginó que en el momento de hacer realidad su sueño de cantar con su artista favorita, tendría que darle tan trágica noticia.

Me resulta impresionante pensar lo importante que es para muchos de nosotros, seres anónimos donde los haya, mantener en secreto nuestro estado; disimulamos las visitas al médico, escondemos las pastillas por miedo a que alguien pueda enterarse, y evitamos cualquier conversación pública sobre el tema.

Sin embargo, él, a años luz del anonimato no dudó lo más mínimo en confesar a su diosa, con una humildad admirable, que era seropositivo. Y no sólo eso, sino que perdería la batalla.

Además de su voz, que vivirá para siempre, y sus inmortales éxitos musicales, Freddy Mercurie nos dejó a todos una innegable lección de dignidad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero que razón tienes seropositivo. ES cierto, fue el más grande de entre los grandes. Pero hoy tu lo has traido a mi memoria, y por eso te estoy agradecido , además me gusta como lo has tratado.
Un fan de Freddie Mercury y un poquito tuyo también.
Seven.

Anónimo dijo...

He devorado tu blog de principio a fin. Hace solo 3 dias que me comunicaron que soy seropositivo. Me has supuesto un momentaneo alivio con tus comentarios, me siento muy identificado salvo porque yo no tengo un chico en el que apoyarme o con quien sufrir. El "Te perdono" me ha encogido el corazon, ¿podre perdonar? ¿me podran perdonar a mi?

Anónimo dijo...

Bueno como siempre me encantan tus post porque haces que me emocione y eso lo valoro mucho ahora. Por favor no dejes de deleitarnos con tus posts.

Un beso desde el sur amigo!