jueves, 8 de enero de 2009

El sinsentido del humor

Por primera vez desde que soy seropositivo he presenciado una de las “típicas” bromas que cualquiera de nosotros haría si no estuviera en mayor o menor grado relacionado con este virus.

El hecho en sí ha tenido lugar ni más ni menos en una reunión de trabajo, en la que uno de los asistentes ha llegado algo resfriado, como lo está casi todo el país con este temporal que sufrimos desde hace días.

Mi jefe, que es ni más ni menos el protagonista de esta historia, en una muestra de amabilidad le ofrece al señor resfriado su propio vaso de agua en un intento de calmar sus constantes tosidos. No obstante, éste, imagino que por temor a pasarle el gripazo a mi jefe, rechaza el agua educadamente, a lo que mi jefe responde en un tono simpático y chistoso: “¿Es que tienes el SIDA?”. Ante esto, la única persona allí presente que es de toda mi confianza y conoce mi caso, le contesta: “Por favor, ¿Es que no sabes que el SIDA no se pega por compartir el vaso?”, a lo que mi jefe responde “¿Ah, no?”, y yo mientras tanto tratando de mantener mi mirada baja con cierto temor de que el tema se convirtiese en el orden del día de la reunión; algo que francamente me hubiese hecho sentir incómodo. Por suerte, el tema quedó ahí.

La verdad es que lejos de sentir rechazo, marginación, dolor o cualquier otro sentimiento de esta índole, lo que sentí fue cierta vergüenza y pena por lo que había escuchado. Vergüenza porque no me pareció en absoluto un comentario oportuno; la misma vergüenza que de igual forma habría sentido ante un comentario machista, sexista, racista, homófobo, etc.

Y pena, sí, mucha pena, porque creo que no hay nada más triste que vivir en la ignorancia; en la de pensar que el SIDA se transmite por compartir vaso, y que alguien crea con tanta firmeza que esto es algo completamente ajeno y que nada tiene que ver con el mundo que le rodea.

Al no haber dolor, no hay rencor en mis palabras, puesto que como yo lo pensaba, entiendo que mi jefe vea el SIDA como algo que nunca se cruzará en su vida. En cualquier caso, me gustaría saber que hubiese ocurrido sí ante tal pregunta, yo hubiese contestado “Él no sé, pero yo sí”.

De todas maneras, le agradezco el comentario ya que me ha ayudado a tener algo más de lo que hablar y compartir en este blog.

1 comentario:

yuno dijo...

Este tipo de comentarios no has de tenerlos en cuenta, a menos que realmente sean ofensivos, no has de darle ninguna importancia, CERO importancia.
Los escucharas en muchas personas, en miembros de tu familia (si desconocen tu caso), en compañeros,…es la ignorancia. Con el tiempo se relativizan esos comentarios, la mayoría no suelen afectar.
Seguramente tu jefe (que igual tenéis buena relación), no conoce a ningún sero. Si conociese tu caso (pongamos esta hipótesis), posiblemente tendría otra imagen del VIH y a lo mejor le ayudarías a mirar a los afectados con otros ojos. No te estoy diciendo que le digas que eres sero, eso es algo personal, muy personal, pero te podrías quedar alucinado de la gente que crees que va a reaccionar mal y luego te dan una grata sorpresa.
__________Un saludo_________